El jueves 16 de Junio de 2011, la dirigencia del Club Atlético Colón decidió retirarle los carnets honorarios a los dictadores Roberto Viola, Carlos Lacoste y Rodolfo Luchetta. Los militares habían recibido dicha distinción en 1981 con la intención de que eviten lo que posteriormente se daría, el descenso de categoría.
El Secretario de Deportes de la Nación, Claudio Morresi, y el presidente de Colón, Dr. Germán Lerche, encabezaron un acto, en el playón de acceso al estadio, donde se dieron de baja a los tres represores, quienes eran socios honorarios vitalicios de la institución desde 1981. En dicho acto el Secretario de Deportes de la Nación recibió el acta reivindicatoria N°1.888 donde se marcaba la expulsión como socios vitalicios del club a Roberto Viola, Rodolfo Lucheta y Carlos Lacoste, lo que se constituyó en un "hecho histórico para la institución".
Muchas veces se dice que por pasión uno hace cualquier cosa y esta situación es un fiel reflejo de eso. En 1981 a punto de descender a la segunda categoría del futbol argentino, Colón decide entregarle al presidente de facto Roberto Viola la llave de oro del club y el carnet de socio vitalicio con la intención de que este suprima los descensos de la temporada.
El 19 de Junio de 1981 Roberto Viola, uno de los ideólogos del golpe de estado del 24 de marzo de 1976, arribó al aeropuerto de Sauce Viejo para cerrar la primera reunión de gobernadores, dirigiendo un mensaje hacia todo el país desde el paraninfo de la Universidad Nacional del Litoral.
Acompañado por el gobernador de la provincia, Contra Almirante Rodolfo Luchetta, y el Comandante del II Cuerpo del Ejército, Juan Carlos Trimarco, se dirigía hacia la UNL, cuando a la salida del puente carretero alrededor de 3000 personas obligaron a detener la marcha de la comitiva. En la puerta del estadio Brigadier López, una multitud de simpatizantes sabaleros homenajearon al por entonces presidente de la Nación.
En aquél momento Colón estaba sumergido en una profunda crisis económica y se encaminaba de manera inexorable al primer -y único- descenso de su historia. Por errores de la dirigencia anterior, la comisión directiva que presidía Ítalo Pedro Giménez había perdido a varios jugadores, que habían pedido la libertad de acción ante la falta de pago. Por este motivo, el club le solicitó a la AFA un préstamo para paliar la situación, que finalmente le fue negado.
Entonces, surgió una idea de un sector de la dirigencia encabezado por Tomás Camilo Berdat, en ese momento secretario de la institución y luego primer intendente santafesino tras la caída de los militares: pedirle a Viola que anule los descensos por la grave situación económica por la que atravesaban varias instituciones, entre ellas, San Lorenzo de Almagro, que en el final de la temporada también perdió la categoría. La intención era repetir una iniciativa que el mismo Ítalo Giménez había encabezado en 1966, en esa ocasión, entrevistándose con el Presidente General Juan Carlos Onganía.
Pese a que un sector de la comisión se opuso a recibir a Viola de esa manera e incluso el titular rojinegro no estaba demasiado convencido de la idea, dado que él respetaba las mayorías, una vez tomada la decisión, como digno Presidente del Club e íntegro dirigente, se puso al frente de la medida tomada poniendo el pecho y la cara por su Club. Así, el 19 de Junio Ítalo Giménez encabezó el homenaje.
Según el diario El Litoral de ese día, el presidente sabalero “tras breves palabras de bienvenida, le hizo entrega de una llave de oro del club, un sabalito de tipo distintivo, un carné de socio vitalicio y un petitorio en favor de la institución”.
El documento contenía dos puntos: “la supresión del régimen de ascensos y descensos por no menos de tres años en vista de la situación económica por la que atraviesan todas las entidades afiliadas, sin excepción. Y el trato discriminatorio que existiría en AFA en cuanto a las obligaciones económico financieras de las entidades”.
Dos días después del pedido realizado a Roberto Viola, Colón inició una racha de seis partidos sin derrotas, con cuatro empates y dos victorias. Pero la situación era demasiado difícil como para que esa pequeña serie de encuentros invicto lo salvara de la ya inevitable pérdida de categoría. El 2 de Agosto el sabalero visitó el Tomás Ducó con la misión de mantener intactas las esperanzas de salvación. Pero Huracán no lo perdonó: lo goleó 4 a 1 y lo condenó a un descenso que se transformaría en un verdadero calvario.
Llamativamente, el cuarto gol del Globo, el que hundió definitivamente a Colón, fue de Claudio Morresi, actual Secretario de Deportes de la Nación, quien ya buscaba a su hermano, Norberto Julio, secuestrado y asesinado en un operativo realizado el 23 de marzo de 1976. Tenía apenas 17 años. Fue detenido por tener en su poder, ejemplares de la revista Evita Montonera.
Por eso, a 30 años de aquel momento, fue el mismo Claudio Morresi quien expresó “Esta gestión del presidente Germán Lerche será recordada porque Colón y la sociedad santafesina no nos merecíamos aquel episodio. Y aunque no condeno la actitud dirigencial de aquellos años porque comprendo que a veces los dirigentes y los hinchas del fútbol pueden llegar a apelar a cualquier situación que tienen a mano en un momento difícil, sí remarco este gesto necesario”.
El club Atlético Colón como un ejemplo a seguir y haciendo muestra de lo grande y fuerte que es la institución, respeta a sus ídolos, a su historia y corrige sus errores, aunque muchas veces la pasión nos puede llevar a hacer cualquier cosa.
De más está decir, que quienes conocieron a Ítalo Pedro Giménez, saben que era un militante democrático, que defendía los derechos humanos y buscaba la justicia, siempre con la humildad y honestidad que lo caracterizaba, y seguramente hoy estaría apoyando y acompañando la decisión tomada por la comisión directiva actual. Una de las cosas que hacen grande a las personas y las instituciones es reconocer los errores y arrepentirse de lo hecho, Colón es un modelo de eso.
Fuente: Nicolás Lovaisa.
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