El 8 de mayo de 1993 quedará grabado en la memoria de la Patria Sabalera, no por la gesta deportiva o por una gloriosa goleada asestada, sino por la irrupción (oportuna) en el juego del Dr. Eduardo Oscar Vega, ex delantero de Colón de finales de la década del 70 y facultativo de la institución desde principio de los 90. El escenario fue el estadio "Monumental de Rafaela", era la fecha 37 del Torneo Nacional B 1992-1993, el árbitro el polémico Guillermo Marconi y el clima: enardecido por el empate reciente del local, la posibilidad histórica de lograr una victoria sobre un equipo grande de la provincia enmarcado en la segunda categoría de ascenso del fútbol argentino y al mismo tiempo por los fallos dudosos del juez principal.
El primer tiempo se desarrolló dentro de los parámetros normales de un pseudo clásico provincial, Atlético Rafaela aguantaba bien el cero a un equipo de Colón que estaba segundo en la tabla de posiciones a dos puntos del líder, Banfield. Pero el segundo tiempo fue testigo de situaciones poco comunes dentro de un campo de juego donde se disputa el más popular deporte de Argentina.
Antes de los diez minutos Colón ya estaba 2-0 arriba en el marcador y con esto llegaba a la punta del campeonato (el líder ya había perdido). El asunto parecía sentenciado, ya que el dominio era claro y Rafaela estaba con un jugador menos, pero la “Crema” a fuerza de amor propio y empujado por su gente, logró primero el descuento mediante un penal y luego el empate a cinco minutos del final.
Con el marcador igualado y sólo con dos minutos por jugar Roberto Walter Mamani, delantero de Colón, quedó en supuesta posición adelantada tras un centro del paraguayo Jorge Alberto González Morel. El juez de línea permanecía con el banderín levantado por una posición adelantada en una jugada anterior, situación no advertida por el árbitro y que dio continuidad al juego, Mario Vera el último defensor de Atlético toma la pelota con la mano pensando en que se cobraría la posición adelantada, pero el árbitro pita penal.
En ese momento, todo el equipo local lleno de ira, le protesta al referí indicándole que el juez de línea tenía la bandera levantada. Advertido de esta situación el árbitro cambia su decisión y decide cobrar el fuera de juego. Tiro libre indirecto para Rafaela. Esto provocó que todos los jugadores de Colón fueran a protestarle al juez del encuentro.
Aprovechando la situación el arquero “cremoso” Carlos Goyén, hace efectivo rápidamente el tiro libre, su pelotazo encuentra libre a Horacio Puchetta, delantero de Rafaela, quién sin rivales a la vista encara hacia el arco, pero antes de que entre en contacto con el balón, desde el banco visitante salió disparado Eduardo Vega, el médico de Colón, y como si fuera el mejor defensor despejó el balón hacia el centro del campo. Todo el estadio se paralizó ante tan confusa situación, el árbitro expulsó al médico y reanudó el juego con un pique como indica el reglamento. El estadio era un hervidero.
Síntesis:
Jugado: Sábado 8 de Mayo del 1993.
Estadio: Monumental de Barrio Alberdi (Atlético Rafaela).
Atlético Rafaela: Carlos Mario Goyén Prieto; Marcelo Gervasoni Rizzo, Juan Amador Sánchez, Javier Rubén Berzero, Daniel Fabián Dalmasso; Víctor Javier Wolheim, Erasmo Ermindo Doroni, Mario Héctor Vera; Luis Dimas Ovejero; Horacio Rafael Pucheta, Víctor Gabriel Grillo. DT: Roberto Rogel.
Colón: José Felipe Perassi, Jorge Alberto González Morel, Vicente Laurentino Fariña Sánchez, Alfredo Santiago Juárez (PT 26', Marcelo Darío Enrique), Jorge Luis Avalos; Luis Antonio Guzmán, Juan José Ferrer, Adolfino Cañete Azcurra, Adrián Claudio Marini; Roberto Walter Mamani, Gustavo Pedro Echaniz (PT 34', Juan Alfiere Lugo) DT: Jorge Ginarte.
Goles: ST: (6’) Roberto Mamani (Col), (7’) Adolfino Cañete (Col), (11’) Horacio Pucheta -penal- (Raf), (40’) Víctor Grillo (Raf). Expulsados: PT: (34’) Luis Ovejero (Raf). ST: (21’) Víctor Wolheim (Raf), (35’) Jorge Avalos (Col), (43’) Horacio Pucheta (Raf), (43’) Marcelo Enrique (Col). Árbitro: Guillermo Marconi.
El médico traumatólogo explicaría luego
"Estaba tan concentrado con todo lo que sucedía en la cancha, que dije Goyén tiene experiencia y va a jugar rápido porque están todos los jugadores de Colón en el área. Y en el video se ve que Goyén en ningún momento va hacia el arco a esperar el penal. Con picardía, lo único que hace es aturdir al juez de línea. Y cuando jugó para Pucheta (el delantero que lo tira al demonio) me metí, sin dudarlo"
"Me querían pegar todos. Yo lo primero que hice una vez que me metí, consciente de la gravedad del hecho, me fui solo para el vestuario. Si me quedaba en la cancha hubiese sido peor porque no entendían mi reacción. Lo único que hice fue reaccionar ante una injusticia"
"Luego de eso, dejé que pasen unos minutos y me fui a declarar a la Jefatura. Estuve con arresto domiciliario por dos días y fui suspendido por un año para ingresar a la cancha. Al tiempo me citaron desde el tribunal de disciplina de AFA y me dieron la razón sobre el penal pero tenían que tomar una medida y hasta se sonreían por la reacción. De todas maneras es una causa que ya prescribió".
Dicen que los escalones del sector visitante del Monumental de Barrio Alberdi, aún siente retumbar un grito desde el alma y el corazón de la gloriosa hinchada sabalera "Ole, ole, ole, ole, Laloooo, Laloooo..." en honor a quien buscó hacer justicia por pie propio.
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