05 julio 2010

1967 - C. A. Colón:3 - C. A. Peñarol:2

Agustín "Mencho" Balbuena le da la victoria a Colón ante la improductiva estirada del veterano arquero de Peñarol, Walter Taibo.

En 1967, Colón reafirmaba lo que a la postre sería la mística del “Cementerio de los Elefantes”. Frente al muy poco público que presenció aquella enorme victoria, que le costó dinero y sanciones de la AFA al Sabalero, se vencía a un Peñarol de Montevideo que había ganado todo.

Aquella victoria todavía infla el pecho de los hinchas Sabaleros que peinan canas, pero es casi desconocida por la mayoría del pueblo Rojinegro. La caída del temible Peñarol en 1967, que por esos días ganaba títulos locales e internacionales con una facilidad asombrosa, sirvió para reafirmar el mito del “Cementerio de los Elefantes”, aunque pasó desapercibida para gran parte de los colonistas, que no acompañaron al equipo en la calurosa tarde del 26 de marzo.
Quizás el épico triunfo ante el Santos de Pelé, logrado tres años antes, opacó la hazaña concretada frente al club uruguayo, que fue premiado por la FIFA como el mejor de Sudamérica en el siglo XX. Incluso la historia Sabalera ha sido injusta con ese encuentro: el libro escrito por Juan Jesús Sidoni en 1995, que sin dudas es lo mejor que se ha publicado sobre la entidad del barrio Centenario, le dedica apenas diez líneas a la caída de los charrúas en el Brigadier López.


Así llegaban los Charrúas
Peñarol era, en ese momento y de manera indiscutible, el equipo más grande del continente. Sus títulos no dejaban margen para alguna opinión contraria. En su país, ostentaba 29 campeonatos (18 en la era profesional y 11 en la amateur), seguido por Nacional con 27 (16 en el profesionalismo y 11 en el amateurismo). Pero lo que lo hacía un rival de temer era la mística que había logrado en los campeonatos disputados fuera de su tierra: tricampeón de la Copa Libertadores de América (1960, 1961 y 1966) y bicampeón Intercontinental (1961 y 1966).
Meses antes de pisar suelo santafesino, Peñarol había concretado dos hazañas. La primera fue el 20 de mayo de 1966 y derivó en el nacimiento de un apodo que aún le duele a los hinchas de River: el de Gallina. Los Carboneros caían 2 a 0 ante los Millonarios en el Estadio Nacional de Chile, por la final de la Libertadores. Pero valiéndose de la famosa garra charrúa, lograron dar vuelta el marcador y con un 4 a 2 que quedó en la historia festejaron el título.
La segunda, fue ni más ni menos que ante el Real Madrid de España, por la Intercontinental. En la primera final, disputada en Montevideo, se impusieron 2 a 0. La diferencia, ante un adversario como el Merengue, era escasa para afrontar el partido de vuelta. Pero en el Santiago Bernabeu el plantel Manya, dirigido por Roque Máspoli, legendario arquero uruguayo y protagonista del Maracanazo de 1950, mostró su fuego sagrado: se impuso 2 a 0 y logró uno de los trofeos más importantes para sus pobladas vitrinas.


El Mencho, con la mano
El amistoso se jugó el 26 de marzo de 1967 y Peñarol presentó a la mayoría de sus figuras, con la excepción de Julio César Abbadie y Juan Joya. Colón venía de empatar 1 a 1 ante Racing por el Metropolitano de Primera División, mientras que el Carbonero lideraba cómodamente el torneo uruguayo, con el que también se quedaría, y de manera invicta, con 15 victorias y tres empates, 43 goles a favor y 6 en contra.
Apenas iniciado el encuentro, Canevari tocó para Orlando Medina y el Negro habilitó a Resnik, que se sacó de encima a Lezcano y fusiló al arquero: 1 a 0. El empate no tardó en llegar, y fue tras una jugada insólita: Errea sacó mal y le entregó la pelota a Spencer. El arquero Rojinegro se desentendió de la jugada, y mientras regresaba caminando a su arco, de espaldas a la acción, el ecuatoriano (el mejor de la historia de su país y una gloria de Peñarol) lo venció con un remate de casi treinta metros. Antes del descanso, Canevari, desde los doce pasos, volvió a adelantar al local, mientras que la visita sufrió una baja clave: la de Spencer, que fue expulsado por insultar al juez de línea.
En el complemento, Colón arrancó mejor, pero poco a poco el partido se fue desvirtuando, en parte por la gran cantidad de modificaciones que realizaron los entrenadores. Incluso el árbitro tuvo que pedirle a Etchegoyen y Máspoli que no realizaran más variantes, porque consideraba que “ya habían sido demasiadas”. Las crónicas periodísticas no reflejan los cambios en sus síntesis, aunque fueron más de cuatro por cada equipo.
Peñarol empató el partido a través de Acuña, luego de un grosero error defensivo. Pero a dos minutos del final, y gracias a una avivada de Balbuena, Colón logró la victoria: el Mencho se llevó la pelota con la mano (lo admitió luego, en un reportaje concedido a LT9 y también en diálogo con El Litoral) y definió ante el arquero enemigo.
Por su parte, Canevari, con una sinceridad poco habitual para un futbolista en estos días, afirmó: “Ganamos bien, aunque creo que por los puntos esta gente tiene que ser más dura. Sabe lo que pasa: estos individuos de Peñarol han tranquilizado su situación económica con el fútbol. Quien más, quien menos, tiene su campito, su pasar. Entonces ven distinto el juego. Antes eran de guerra, ahora quieren ser más técnicos, entonces pierden prestigio”.
“Pobrísima la recaudación. Asistió muy poca cantidad de público y Colón sufrió un duro contraste económico. Llamó la atención la escasa adhesión del público que tuvo el encuentro, sobre todo teniendo en cuenta el prestigio de la visita”, comentó El Litoral.
Un mes después, la Asociación del Fútbol Argentino sancionó duramente a Colón por la realización de ese partido, por “no solicitar el debido permiso para disputar el amistoso internacional” y “por haber realizado cambios de futbolistas en cantidad antirreglamentaria”. Así, suspendió a Colón por siete días, al entrenador Etchegoyen por dos meses y al árbitro Juan Carlos Rodríguez por 15 días. Además, multó al club con 36.000 pesos y anunció que le descontaría dos puntos al Sabalero una vez finalizado el torneo, algo que finalmente no se concretó.
Lo que llama la atención es un párrafo del descargo que realizó la Comisión Directiva Rojinegra, presidida por Ítalo Giménez, ante el Tribunal de Penas, donde la propia dirigencia minimiza aquel gran triunfo ante Peñarol: lo califica de “amistoso intrascendente”, cuando en realidad se trató de uno de los triunfos más resonantes de la historia Rojinegra.

Síntesis:
Jugado: Domingo 26 de Marzo de 1967.
Estadio: Brigadier Estanislao López (Colón)

C. A. Colón: Néstor Martín Errea, Jorge Omar Sanitá, Antonio Gaspar Mellit, Raúl Cardozo Crespo, Ernesto José Jáuregui, Sebastián Félix García, Orlando José Medina Leites, Vladas Douksas Klimite, Néstor Juan Canevari, Miguel Resnik, Agustín Alberto Balbuena. DT: José Etchegoyen.

C. A. Peñarol: Walter Taibo, Juan Vicente Lezcano, Nélson Díaz, Pablo Forlán, Néstor Gonçalves (c), Omar Caetano, Nilo Acuña, Pedro Virgilio Rocha, Héctor Silva, Julio César Cortés, Alberto Pedro Spencer. DT: Roque Gastón Máspoli.

Goles: PT: (6') Miguel Resnik (Col), (15') Alberto Spencer (Peñ), (27') Néstor Canevari -penal- (Col). ST: (7') Nilo Acuña (Peñ), (43') Agustín Balbuena (Col). Expulsado: PT: (45') Alberto Spencer (Peñ) -insulto a un juez de línea- Juez: Juan Carlos Rodriguez (Argentina). Recaudación: m$n 588.900-. Pub.: -.


Fuente: Semanario Soy Deportes

2 comentarios:

Marcelo dijo...

Epa, que bueno Germán!!.
Hacía rato que no me daba una vuelta por tu blog.
Te felicito, le has pegado un terrible lavado de cara al formato.
Impresionante y muy lindo para la vista de los lectores.
Saludos-.

(En cualquier momento te pido un asesoramiento técnico para agregar esas pestañitas en el encabezado del blog)

Germán dijo...

Viste... me entusiasmé cuando vi el tuyo, jajajajaja.
No hay drama, las pestañas dan fácil accesibilidad a la info y queda muy prolijo en el diseño.
Un abrazo.

 

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